La primera consideración es que la película no es tan mala como uno pueda imaginar.
Hasta se puede considerar de original vuelta de tuerca, si uno la compara con la fotocopia que Gus Van Sant hizo de la PSICOSIS de Hitchcock. Aquí al menos, hay algo nuevo.
La película arranca con el asesinato más famoso de la historia del cine. Sí, el acuchillamiento en la ducha de PSICOSIS. Luego el film adquiere color, y se nos presenta un Norman doce años después (aunque la película es de 23 años después).
Anthony Perkins y Vera Miles, repiten personaje; él, como el trastornado Norman Bates, y ella, como la hermana de Janet Leight.
Robert Loggia, es el doctor-amigo de Norman. Dennis Franz, es el actual director del motel Bates. Y Meg Tilly es… pues la atracción del film.
Meg Tilly sospechando algo
Norman empieza a trabajar en una cafetería, allí conoce a una morena –y extrañamente atractiva– camarera (Meg Tilly). Ella ha roto con el novio y como hace poco que está en la ciudad, no tiene donde dormir. Norman la invita a su motel. Allí conoce al nuevo director que ha convertido el lugar en un decrépito sitio con habitaciones alquiladas por horas, para parejas furtivas y drogadictos impacientes. Norman le despide, e invita la chica a pasar la noche en la casita del monte. ¡Glup!
Meg Tilly en la ducha (obviamente hay ducha)
Meg Tilly salida de la ducha (ella, sí sale)
El guión tiene dos giros sorpresa. El primero es realmente interesante, me gustó. Nos muestra al pobre Norman como un ser atormentado, al que aún atormentan más. ¡Norman es (ahora) inocente!
El segundo, parece sobre el papel sacado de un culebrón. Es una solución fácil, pero que permite dos cosas: primera, dejar cabo suelto para una tercera parte (que la hay), y segunda, acabar la película donde podría empezar la primera. Eso es: un Norman libre, director del motel, y con su madre en la ventana, observando.
El protagonismo del film se lo reparten a partes iguales, Norman Bates y su madre (y no es un juego de palabras con su doble personalidad). La madre de Norman aparece realmente en esta película. En realidad, aparecen hasta cuatro madres.
Meg Tilly, como madre de Norman (no se ve, pero trae cuchillo)
Anthony Perkins no logra hacer tanto yuyu en color, como hacía con la fotografía en BN. Se nos ha humanizado, aunque tiene algún momento realmente perturbador: descuelga el teléfono y habla con su madre, cuando le han colgado, él sigue hablando con su madre.
La película sigue ideas y copia planos de la primera versión: el punto de vista aéreo por encima de las escaleras, el ojo en el agujero en la pared, la dichosa bombilla del sótano. El límite entre el homenaje y el plagio es sutil, pero gracias a la fotocopia de Gus Van Sant, aquí, se eleva a la categoría de homenajes.
Meg Tilly ve que la observan
Necrológica: en la película mueren 6 personajes. Si le vais a coger cariño a alguno, os recomiendo el sheriff, que ese sí que al final está vivo.
P.S. Debido a mi enamoramiento repentino de esta chica, he surfeado, y descubierto que es la hermana de Jennifer Tilly (mismo apellido no tiene porque equivaler a familia: Bergman, por ejemplo). Jennifer es LA NOVIA DE CHUCKY (la guapa era la muñeca, no ella XD)
Deja un comentario