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Ignoro si existe algo más que no sean la vida o la literatura. La vida no interesa. No sé quién dijo que es para los criados. Y la literatura no es más que un consuelo –interesante sí, pero a fin de cuentas un consuelo- para quienes se sienten desligados de la vida y razonablemente desesperados.
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(…) pasar cada vez más tiempo en el mundo de mi pasado, escribiéndolo, y pasar el menor tiempo posible en el presente, inmerso en una cotidianidad que, de vivirla a fondo, no habría de traer más que nuevas desgracias y horrores.
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He podido saber que la mayoría de escritores lo son porque no les queda otro remedio, es decir, porque no están a su alcance mejores cosas que hacer.
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Yo vi muy claro, desde el primer momento, que como no podía tener a Rosita entre mis brazos ni me quedaban ganas ni dinero para seguir viajando, no se abría ante mí un panorama mejor, aparte del suicidio, que pasarme al mundo de mi hermano, que, como hoy sé muy bien, es un mundo raro, un enjambre de solitarios y misóginos, una jauría de seres incapaces de compartir un desayuno. Yo, la verdad, soy uno de ellos desde que escribo este dietario. Y, como ellos, dejo la vida para los que ignoran lo que se juegan en ella y llevo la vida de un muerto. Porque no se me escapa que o bien se vive a fondo la vida a costa de ser un Indiana Jones y un paleto, o bien se escribe y se le da un significado a la existencia, pero entonces no puede vivirse. Dicho de otro modo: si estás en la vida eres insignificante; si quieres significar, estás muerto.
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El humano tiene dos ideales. Uno es la divinidad, el otro es la juventud. Quiere el humano ser perfecto, inmortal, todopoderoso; quiere ser Dios. Y quiere verse lozano y sonrosado, y permanecer siempre en la fase ascendente de la vida; quiere ser joven. Pero tú, desgraciado entre los desgraciados, has matado a Dios y a tu juventud.
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Yo sabía que debía ir directamente a lo mío. Sabía que o bien me hacía la ilusión de haber encontrado en los libros una razón para sobrevivir o bien me suicidaba.
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Lejos de Veracruz
Enrique Vila-Matas
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